
El Cristo de la Vega (soneto)

Ayúdanos tú, Cristo de la Vega,
y limpia con tu desclavada mano,
los ojos y el rostro del humano.
Dale la luz, que la tristeza niega.
La lágrima en torrente, el ojo ciega.
La oveja sin pastor perdió temprano
el rebaño. Se hunde en el pantano
y el cayado del pastor no llega.
La mentira es pandemia que asesina,
y de milagro nuevo, yo, indigente,
de tu divino brazo estoy pendiente.
Estampa otra vez tu verdad divina.
La verdad de un TESTIGO que ilumina,
una senda espinosa de creyente.
Vicente Hernández Alfonso.
Presidente SSVP de Albacete. España.
Comentarios recientes