
Tuve hambre y me diste de comer (soneto al carisma vicenciano)

En los cuatrocientos años de carisma vicenciano.
¿Por qué les falta el pan y la alegría?
Y sus ojos más grandes que sus frentes,
sin reir ni llorar, están ausentes,
y nosotros viviendo en la apatía.
Repitiendo la misma melodía
e ignorando justicias pertinentes,
se abandonan millones de inocentes.
¡Que salgamos, Señor, de esta anarquía!
Dales, Señor, el pan de San Vicente.
El pan que por amor comer consiente
El pobre y el humilde por igual.
Dales de tu pan vivo y celestial,
porque ellos no han probado el candeál,
y no tendrá más hambre el indigente.
Vicente Hernández Alfonso.
Presidente SSVP de Albacete. España
Comentarios recientes