
Fui forastero y me acogiste (soneto al carisma vicenciano)

Perdónanos, Señor, la concertina.
Los pies ensangrentados de la gente
Que tiene que saltar sin parapente,
de aquella esclavitud triste y mezquina.
Al pobre que acaricia cada esquina,
enséñanos a amar “Señor Vicente”
que Cristo es forastero en la corriente
y no sabemos ver su faz divina.
Se exilian en pateras de castigo
dolientes refugiados de la guerra,
cristianos que escaparon de su tierra,
los Cristos disfrazados de mendigo.
Perdonad, que el amor, paga conmigo,
aquella humillación que el pan encierra.
Porque mi egoísmo entierra,
la bienaventuranza que dijiste:
“Que yo fui forastero y me acogiste”
(Por amor y solo por amor, los pobres os perdonaran el pan que les deis. S. Vicente de Paúl.)
Vicente Hernández Alfonso.
Presidente SSVP de Albacete. España
Comentarios recientes